He dejado ya de comerme los libros y me gusta mucho tocarlos y sobre todo, abrir y cerrarlos. Si estoy tranquilo soy capaz hasta de oír una historia completa.
Pero para que veáis que no todo es trabajo intelectual, os dejo mi último descubrimiento de esta misma tarde: las sillas se mueven. El vídeo es corto porque peligraba el cristal del baño y una planta:
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