Supongo que a estas alturas ya estáis todos enterados de que hacia mediados de septiembre seremos uno más en la familia, y que se llamará Adrián si las ecografías no han fallado. Intento no separarme mucho de mi madre, que ya tiene una barriga bastante grande. Sé que Adrián está en la tripa, que es un bebé, que tiene una silla a la que le voy a poner un patinete, le echaron gel a mama y lo vimos por la tele, juega a pillar conmigo y voy a ser un hermano mayor. Al menos todo esto es lo que cuento, pero creo que no me hago muy bien a la idea de la que me viene encima (aita dice que él tampoco).
Mientras esperamos para empezar la ikastola el día 6, mamá intenta explicarme las ventajas de usar el orinal y de no llevar pañal, pero no estoy todavía muy convencido de que eso del pis se pueda controlar a capricho. Habrá que esperar un poquito más...
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